Manuel Medina explica qué tipos de inteligencia existen, cómo se produce la inteligencia y cómo saber si la inteligencia es confiable.
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“Inteligencia” es simplemente la recolección, el procesamiento y el análisis sistemático de información para comprender un tema o una amenaza específicos. Los tomadores de decisiones y otros grupos de interés pueden utilizar ese conocimiento a fin de decidir cómo actuar para alcanzar sus metas.
Se trata menos de la inteligencia que vemos en las películas de espionaje, y más de redactar informes, analizar datos, extraer información de bases de datos e investigar rastros complejos de transacciones y otras conexiones relevantes.
El tipo de inteligencia producida depende de las metas. Puede ser estratégica (como una evaluación general de los desafíos que enfrenta una organización) u operacional para superar desafíos específicos y detallados a corto o mediano plazo. La mayoría de las veces, los tomadores de decisiones necesitan una combinación de ambos tipos.
Tomemos un ejemplo del programa de comercio ilegal de vida silvestre en el que estoy involucrado en el Basel Institute on Governance:
Imagine que una empresa naviera quiere que sus contenedores dejen de usarse para transportar productos relacionados con el comercio ilegal de vida silvestre. Para ajustar su estrategia y alinear las medidas por tomar, primero necesita una serie de informes de inteligencia estratégica sobre las principales rutas de tráfico, el tipo de personas y empresas involucradas, los vacíos legales que se están explotando, tipologías y señales de alerta que se deben detectar, entre otras cosas.
Esto es inteligencia estratégica. La empresa puede utilizarla como información para realizar planificación estratégica y apoyar la implementación de medidas generales concretas, como cerrar vacíos legales en sus procedimientos o agregar controles adicionales en áreas de alto riesgo.
Por otro lado, un informe confidencial de inteligencia operacional podría alertar a la empresa sobre un envío específico, por ejemplo, un contenedor que sale de un puerto africano, tiene como destino Asia, está vinculado a empresas involucradas en comercio ilegal de vida silvestre (IWT) y tiene otras señales de alerta. El resultado de esta inteligencia puede ser la implementación de medidas como un examen físico del contenedor.
El análisis de inteligencia elimina las grandes cantidades de datos irrelevantes o poco confiables que nos inundan en la actualidad. En la época de mis padres, la principal dificultad era encontrar suficiente información en la que se pudiera basar una decisión. Hoy en día, los tomadores de decisiones sufren con frecuencia de “infoxicación” (sobrecarga de información), lo que abruma su capacidad para pensar con claridad y ver el panorama general. Estamos perdidos en un mar de datos e información, y los delincuentes lo saben muy bien.
Al procesar e integrar esta gran cantidad de información dispar de una manera específica y consistente, los analistas de inteligencia pueden crear una imagen congruente que permite que el usuario final tome decisiones eficaces y basadas en la evidencia.
Un buen informe de inteligencia dejará en claro qué tan confiable es la información. El método más común de evaluación es una matriz que clasifica la confiabilidad de la información y de la(s) fuente(s). Otros métodos incluyen indicadores de profundidad o sesgo, por ejemplo.
Otro aspecto igual de importante es que los informes de inteligencia también deben señalar las limitaciones en la información disponible y las deficiencias en nuestro conocimiento; lo que no sabemos y lo que sí sabemos.
Los tomadores de decisiones deben tener en cuenta estas limitaciones y evitar tomar decisiones que estén sesgadas por la disponibilidad o falta de información. Aún más peligroso es cuando un tomador de decisiones simplemente actúa a ciegas “siguiendo una corazonada”, ignorando los matices de los informes de inteligencia y las deficiencias en el conocimiento. La historia nos ha enseñado que esto puede hacer que se tomen decisiones comerciales catastróficas, e incluso se desaten guerras.
Por lo general, los analistas de inteligencia gestionan el proceso de creación de inteligencia siguiendo un “ciclo de inteligencia”. El ciclo es bastante flexible y se puede adaptar a diferentes flujos de trabajo, pero los pasos básicos son:
Si diferentes tipos de usuarios con diferentes metas y funciones reciben el mismo informe, el analista podría recomendar medidas específicas para cada grupo de usuarios diferente.
Por ejemplo, en el mismo informe de inteligencia sobre un presunto incidente de tráfico de fauna y flora silvestres en un puerto africano, se les recomendaría a los funcionarios encargados de la aplicación de la ley, instituciones financieras y empresas navieras que tomen medidas diferentes.